Llueve.
Bailo bajo la lluvia.
Mi cabellos de desenredan y mi mente se ilumina.
Mis hombros se alivianan mientras el agua se desliza por los brazos hasta escurrirse por los dedos.
Llueve.
Bailo bajo la lluvia.
Mi pecho y la espalda dejan que el agua les recorra.
Mis caderas y mi sexo se sienten libres.
El agua va arrastrando palabras que conviven conmigo desde hace algún tiempo.
Y mis piernas, poco a poco, se vuelven ligeras.
Cesa la lluvia
En los charcos, como barcos que navegan a la deriva, aquellas pesadas palabras se van volviendo borrosas, perdiendo su fuerza y nitidez.
Y yo camino liviano, casi flotando, hasta recuperar mis alas.
1 comentarios:
Jolin....
Vaya relato, puedo casi notar eas lluvia. ¿Dónde dices que cae?
Abrazos pretos.
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