- ¡Eh! ¡Tú!
 - ¿Quién? ¿Yo?
 - ¡Sí! ¡Tú!
 - Yo no fui.
 - ¿Entonces quién?
 
 El hombre miró a un lado y dijo:  
- Esa mujer
 
 Y aquellos siete fueron y mataron a la mujer. Luego volvieron al primero y le increparon
- ¡Eh! ¡Tú!
 
- ¿Quién? ¿Yo?
 - ¡Sí! ¡Tú!
 - Yo no fui.
 - ¿Entonces quién?
 
 El hombre miró a otro lado y dijo:  
- El negro
 
 Y aquellos siete fueron y mataron al negro. Luego volvieron al primero y le increparon de nuevo
- ¡Eh! ¡Tú!
 
- ¿Quién? ¿Yo?
 - ¡Sí! ¡Tú!
 - Yo no fui.
 - ¿Entonces quién?
 
 El hombre miró atrás y dijo:  
- Aquel moro
 
 Y aquellos siete fueron y mataron al moro. Luego volvieron al primero y le increparon de nuevo
- ¡Eh! ¡Tú!
 
- ¿Quién? ¿Yo?
 - ¡Sí! ¡Tú!
 - Yo no fui.
 - ¿Entonces quién?
 
 El hombre miró a los siete y dijo:  
- Ése alto
 
 Y aquellos seis fueron y mataron al alto. Después miraron al primero y le increparon
- ¡Eh! ¡Tú!
 
- ¿Quién? ¿Yo?
 - ¡Sí! ¡Tú!
 - Yo no fui.
 - Puede que en un principio no -espetó uno de ellos- pero ahora sí.
 
 Y lo mataron. Lo mataron por la mujer, por el negro, por el moro y por el alto. Y porque, vista su trayectoria, casi con toda seguridad, había sido él.
0 comentarios:
Publicar un comentario