Verá carabinero, ya se lo he contado dos veces a su compañero. Soy carpintero y a veces, cuando la faena no aprieta les hago algún juguete a mis nietos o a los niños de la calle, y había hecho un muñeco articulado de un trozo de pino que me había sobrado. Lo tenía ahí, sí ahí mismo, en esa ventana, esperando a que se secase la cola para lijarlo y pintarlo, cuando de repente a empezado a echar humo, se conoce que el cristal ha hecho de lupa, y entonces ha saltado de la ventana blasfemando y corriendo como una centella y se ha zambullido en el abrevadero de la esquina donde se ha apagado. Me ha mirado de manera amenazante agitando el puño y luego ha escapado a la carrera calle arriba.
-Acaban de llegar Dijo el otro carabinieri, entrando en el taller.
-Tranquilo maese Geppetto, tranquilo. dijo el enfermero que llevaba la camisa de fuerza.
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