Lo la primera noticia me puso alerta, mi acostumbrada paranoia, actuó como siempre: la caída del avión estaba cubierta por una nube estrato cúmulo, llena de misterio; primero la desaparición luego el hallazgo, cuerpos misteriosamente muertos con lógica de tierra, no de destrucción aérea ¿con qué te chocas a tres mil pies de altura? ¿qué puede partirte como un muro, como una pared? De repente tanto ruido y luego el silencio, el olvido, esa maravilla del mundo anónimo donde lo que nos preocupa se oculta tras la avalancha de datos.
Cuando llegó la segunda noticia en otro lugar del mundo completamente aleatorio, apareció el miedo, el temor de que la tecnología fuera tan frágil, tan susceptible a la derrota. Los muertos en buen número seguían siendo anónimos y en eso estaba la coincidencia, empezaban los periódicos a insinuar que la terrible posibilidad humana de hacerlo estaba descartada, ¿qué asusta? ¿de qué nos hablan, de qué no?. En la tercera noticia, el pánico me atrapó, y una frase se repitió en mi cabeza: eliminación aleatoria, la suficiente para generar un terror aquietante hasta bajar la frecuencia de los vuelos, hasta llegar a considerarlos tan riesgosos como el más arcaico de los barcos vikingos, el mundo empezando a alejarse, a hacerse ajeno. La presencia de una tecnología, superior, externa, que juega con los humanos, para invadirlos, para esclavizarlos, la historia perfecta , que tanto nos han contado… y luego el siguiente pantallazo, mi siguiente sospecha, es mi obligación, por oficio, sospechar de las respuestas muy lógicas, ¿y si fuera una trama, un montaje? ¿cómo evita el poder su tambaleo? dándonos temor, paralizándonos de miedo, haciéndonos sospechar. Y la terrible conclusión. Sí, nos doman, pero no el extraño sino el soberbio, el temeroso..
Me subo en los vuelos, y ahora pido la ventana, me asomo, porque espero que en algún lugar de ese almohadón aparezca una señal, porque se que la tecnología acusada esta ya ahí pero nos la disfrazan, nos la visten de amenaza, pido telepáticamente un mensaje que me oriente, que me aliente para continuar en esta caso por mi cuenta, que aunque no me cubre los gastos, tira de mi de puerta en puerta, de frontera en frontera, confiada en que el amparo de los acusados me protege..Varios lo sabemos, he tejido algunas conversaciones en bares a medias lenguas, he sabido más cosas sobre quien trama el ardid; se que las noticias continuarán, se repetirán con la frecuencia requerida, sin embargo en cada vuelo, me pregunto, ¿será éste el elegido?, ¿seré parte de lo aleatorio?. Por si acaso, no dejo de mirar por la ventana, segura de que si develo el misterio no sería esta la peor muerte
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