ADS 468x60

WONDER WOMAN

Nube con forma de gaviota. Nube con forma de gato amenazante. Nube con forma… de nube. Solo de nube. No me abandona esta sensación, este miedo. No pasa nada. Tranquila Diana Marcela, no pasa nada… ¿Cómo que nada? ¡¡Claro que pasa!!! ¿Y si no le gusto? ¿Y si no me gusta?

Siempre me puedo esconder y fingir que no he llegado, que no subí a este avión. Desde aquí todo parece posible. El colchón de nubes parece una tierra de Nunca Jamás…en la que el tiempo no pasa ni lo malogra todo, en la que los computadores que hemos usado para comunicarnos son palomas mensajeras que confunden las rutas y los cielos de todos los países y por eso nos conocemos los desconocidos. Como si nos tropezáramos en la calle o nos encontráramos en una pista de baile. Las palomas mensajeras vuelan despacito y al llegar casi permanecen suspendidas en el aire. Entonces hay que adivinar lo que dicen sus mensajes cuando aletean delante de los destinatarios:

Me llamo…Wonder Woman (aleteo fuerte) estoy sola (aleteo melancólico)

Hola Wonder woman (aleteo fuerte, vuelo en círculos) yo soy El Coyote (paradita en el suelo).

Y entonces los desconocidos, a ese compás, bailamos, alzamos los brazos, movemos las piernas, como los bailes de cortejo de algunas aves.

Pero no es verdad. La verdad fue el aviso, la llamadita de Internet, el chat de los solitarios. La búsqueda de mi mejor foto: buena pero no provocativa, no vayan a pensar que voy pidiendo sexo rápido. Y después de Gato69, Oso Mimoso y Caramelo72, todos detrás del polvo en la primera cita.

Hasta que un día… ¡Coyote! Tan delicado, tan divertido, y…tan lejano. Y estoy aquí, atravesando el mar, camino de esa ciudad y ese país que no conozco sino a través de los ojos de Coyote. ¿Qué habrá detrás de esas gafas de profesor? ¿Cómo moverá las manos? ¿Cómo caminará? ¿Debo besarlo cuando nos veamos?

Lo que no entiendo es por qué me pidió que trajera este paquete de dulces navideños cuando no es navidad, es un poco antojado sí, eso me gusta. Impredecible. Espontáneo. “No lo sueltes, me decía, y mejor que no te lo vean en la entrada porque te lo acabarán quitando, no ves que esta gente es tan abusiva…” Y bueno, yo he cumplido. No lo he soltado, me costó esconderlo pero lo conseguí. Es sorprendente que justo haya tenido un amigo en Bogotá cuando yo me salgo de allá. Antes nunca me había hablado de él. No importa. Eso es lo de menos.

Lo importante es todo lo demás. Por fin me sentiré completa, un hombre que me ama sin haberme tocado jamás. Que recién me va a tocar para estar juntos para siempre. Quince años en el night club aguantando a todos esos babosos y por fin estaré tranquila. Por fin.

0 comentarios: